
Capítulo 1: Fuegos artificiales: orgasmos múltiples para los hombres
Cualquier hombre puede hacerse multiorgásmico; sólo necesita una comprensión básica de la sexualidad masculina y algunas técnicas simples*. Los orgasmos múltiples son muy placenteros y pueden expandir el placer orgásmico masculino, pero también abren un nuevo mundo al hombre y a su pareja. Para la mayoría de los hombres, su sexualidad está enfocada en el objetivo, frustrante en último término, de la eyaculación, más que en el proceso orgásmico de hacer el amor. Cuando un hombre se convierte en multiorgásmico, no sólo es capaz de darse mucha satisfacción, también se vuelve capaz de satisfacer mucho más plenamente a su compañera. Los orgasmos múltiples son uno de los mayores regalos que el hombre puede dar tanto a su compañera como a sí mismo. La lectura de este capítulo permitirá a las mujeres ayudar a sus compañeros a entender esta nueva capacidad que están desarrollando.
Orgasmo y eyaculación
Para convertirte en un hombre multiorgásmico tienes que entender algunos rasgos básicos de tu anatomía. El dato más importante es que el orgasmo y la eyaculación son dos procesos diferentes. El hecho de que orgasmo y eyaculación no sean lo mismo resulta tan sorprendente para la mayoría de los hombres (y mujeres), que tenemos que explicar con exactitud lo que les diferencia. Empecemos definiendo orgasmo y eyaculación. Fisiológicamente, un orgasmo es la contracción y pulsación que la mayoría de los hombres sienten en su pene, próstata y zona pélvica. Viene acompañado de un aumento del pulso cardíaco, del ritmo respiratorio y de la presión sanguínea, y tiene como resultado una repentina liberación de tensión f.
Obviamente, un orgasmo es mucho más que estos cambios fisiológicos descritos de un modo más bien mecánico. Para muchas personas es el punto álgido de su sexualidad, y es uno de los momentos más intensos y placenteros que puede vivir el ser humano. Si has tenido un orgasmo alguna vez, y casi todos los hombres los han tenido, sabes exactamente a qué me estoy refiriendo.
Por otra parte, la eyaculación es simplemente un reflejo que ocurre en la base de la columna vertebral y produce la expulsión del semen. En resumen, es simplemente un espasmo muscular involuntario.
De acuerdo, es un espasmo muscular placentero, pero no deja de ser un espasmo muscular. Como tantos hombres han aprendido a conectar el placer del orgasmo con la eyaculación, es importante entender que la mayor parte de los rayos y relámpagos que asocias con ésta son en realidad parte del orgasmo, vaya o no acompañado de eyaculación. Dentro de un momento revisaremos las pruebas científicas que muestran que los hombres pueden tener múltiples orgasmos, pero puede ser más fácil comenzar por tu propia experiencia. De hecho, has experimentado múltiples orgasmos en algún momento de tu vida. Muchos hombres los experimentan cuando entran en la adolescencia y comienzan a eyacular.
Como tal vez recuerdes, los muchachos sólo comienzan a producir semen (y por tanto son capaces de eyacular) cuando entran en la adolescencia, hacia los trece años de edad. No obstante, la mayoría de los chicos se masturban antes de cumplir esa edad y, en esas ocasiones, experimentan orgasmos sin eyacular.
Muchos chicos siguen masturbándose después del primer orgasmo, y como no llegan a eyacular, mantienen la erección. Alfred Kinsey, investigador pionero de la sexualidad, en su famosa obra Sexual Behaviour in the Human Male, informaba de que la mitad de los muchachos preadolescentes (de doce años o menos) podían experimentar dos orgasmos seguidos, y casi un tercio eran capaces de experimentar cinco o más, uno tras otro. Su conclusión fue: «Es posible llegar al climax sin eyacular». Sin embargo, los orgasmos múltiples no son únicamente un juego de niños ni uno de los placeres perdidos de la juventud. Kinsey también estudió a hombres mayores y concluyó: «El orgasmo puede producirse sin la emisión de semen… Estos hombres experimentan verdaderos orgasmos, que reconocen claramente como tales, aunque no eyaculan». El doctor Herant Katchdourian, profesor de sexualidad humana de la Universidad de Stanford y autor del clásico libro de texto Fundamentáis of Human Sexuality, explica: «Algunos hombres son capaces de inhibir la emisión de semen [evitar la eyaculación] mientras experimentan las contracciones del orgasmo: en otras palabras, tienen orgasmos no eyaculatorios. Tales orgasmos no parecen estar seguidos por un período refractario [pérdida de erección], lo que permite a estos hombres tener orgasmos múltiples o consecutivos como las mujeres».
Desde hace mucho tiempo ha habido estudios anecdóticos de hombres que afirmaban tener orgasmos múltiples, pero los primeros estudios de laboratorio de los orgasmos múltiples masculinos fueron llevados a cabo por los investigadores William Hartman y Marilyn Fithian. Examinaron a treinta y tres hombres multiorgásmicos, hombres que podían tener dos o más orgasmos sin perder la erección.
Mientras los hombres tenían relación sexual con sus parejas, Hartman y Fithian registraron su ritmo cardíaco, que pasa de las 70 pulsaciones por minuto que habitualmente se tienen en reposo a 120 pulsaciones durante el orgasmo (véase ilustración). También midieron sus contracciones pélvicas (que podían registrarse a través de los movimientos involuntarios del ano que acompañan al orgasmo). Descubrieron que los gráficos de excitación de los hombres multiorgásmicos eran exactamente iguales a los de las mujeres multiorgásmicas.
Ilustración 1:

En el estudio de Hartman y Fithian, la cantidad media de orgasmos que tiene el hombre multiorgásmico resultó ser de cuatro. Algunos tuvieron la cantidad mínima de dos y hubo uno que llego a tener dieciséis. En otro estudio llevado a cabo por los investigadores Marión Dunn y Jan Trost, la mayoría de los hombres declararon tener entre dos y nueve orgasmos antes de perder la erección.
En su famoso libro El punto G, Alice Ladas, Beverly Whipple y John Perry argumentaron que la sexualidad masculina y la femenina son mucho más parecidas de lo que solemos pensar. Además de descubrir el punto G, también dijeron que los hombres podían tener múltiples orgasmos, como las mujeres. Tendemos a pensar que la sexualidad masculina es más bien simple, e idéntica de un hombre a otro, mientras que la sexualidad femenina es compleja y cambia dramáticamente de una mujer a otra. La verdad es que la eyaculación es algo simple, como lo son todos los reflejos corporales (piensa en cuando te golpeas el hueso de la risa, por ejemplo), pero el orgasmo, en el que interviene nuestro órgano sexual más sofisticado, el cerebro, es muy complejo y varía mucho dependiendo de la persona, de su experiencia sexual e incluso de cada orgasmo concreto.
Por tanto, si los hombres pueden tener múltiples orgasmos como las mujeres y más de la mitad de los muchachos experimentan múltiples orgasmos antes de la adolescencia, ¿qué les hace perder esa capacidad?
Aparentemente, la mayoría de los hombres pierden su capacidad de tener orgasmos múltiples cuando empiezan a eyacular en la adolescencia. Los orgasmos y la eyaculación tienen lugar a pocos segundos uno de otro, y para la mayoría de los hombres se convierten en una única y misma cosa. En la sección siguiente aprenderás (o posiblemente reaprenderás) a volver a separarlos. Esto te permitirá experimentar el crescendo del orgasmo muchas veces antes de alcanzar el estallido eyaculatorio, e incluso sin que éste llegue a producirse.
Entiende tu propio orgasmo
Ahora que entiendes la diferencia entre orgasmo y eyaculación, es importante entender la naturaleza del orgasmo masculino y en qué se diferencian los orgasmos múltiples (no eyaculatorios) de los clásicos (eyaculatorios).
Los orgasmos múltiples comienzan como cualquier otro: empiezas por excitarte, hasta que te sientes cerca del punto de la eyaculación. A medida que aprendas a ser más consciente de la excitación tal como se expone en la sección siguiente, podrás detener la estimulación justo antes de llegar al «punto sin retorno», pasado el cual la eyaculación es inevitable. Justo antes de llegar a ese punto experimentarás una serie de contracciones en tus genitales que durarán entre tres y cinco segundos. Estos placenteros orgasmos pélvicos pueden dar la sensación de un revoloteo o de una ligera liberación de presión. Se denominan orgasmos «de fase contráctil», y con el tiempo, a medida que aprendes a jugar en su límite, pueden llegar a ser tan intensos como los orgasmos eyaculatorios a los que estás acostumbrado. No te dejes desanimar si al principio no son muy intensos. Cuando puedas identificar y separar estas contracciones orgásmicas de la eyaculación, podrás multiplicarlas e intensificarlas.
Esta fase contráctil del orgasmo es el momento de la verdad: en lugar de seguir adelante hasta la eyaculación, detendrás o disminuirás la estimulación el tiempo suficiente para recuperar el control de tu excitación. También puedes contraer tu músculo PC, que describiremos a continuación, lo que te ayudará a mantener cierto control si sientes que estás a punto de eyacular.
Para tener orgasmos múltiples, en lugar de pasar la cresta y eyacular, disminuirás ligeramente tu excitación y te prepararás para tener otro orgasmo. En los orgasmos múltiples, la excitación que sientes es como una ola que en lugar de romper es barrida por otra ola mayor que te eleva aún más que la primera. Algunos hombres multiorgásmicos describen este proceso como caer hacia atrás en el orgasmo en lugar de caer hacia delante en la eyaculación. Estas descripciones no pasan de ser meras metáforas que pueden ayudarte a descubrir tus propios procesos orgásmicos.
Es importante recordar que no debes luchar demasiado por experimentar la fase contráctil de los orgasmos. La mayoría de los hombres dicen que deben detenerse justo antes de eyacular y relajarse en el orgasmo. A muchos hombres no les resulta fácil cambiar de objetivo y dejar de eyacular, pero los orgasmos múltiples te permiten experimentar un proceso orgásmico que es mucho más satisfactorio para tu pareja y para ti. En la sección siguiente te enseñaremos a fortalecer el músculo PC y a desarrollar tu sensibilidad sexual para que puedas multiplicar e intensificar tu potencial orgásmico personal.
Multiplica tu orgasmo
En este libro exponemos dos maneras de intensificar tu placer sexual. La primera es multiplicar el número de orgasmos (tener dos, tres, cuatro, o más sin perder la erección) y la segunda es expandir el orgasmo a todo el cuerpo (véase Capítulo 3). Para aprender a multiplicar el número de orgasmos, tienes que aprender a desarrollar tanto la fuerza sexual como la sensibilidad sexual. Empecemos por analizar la fuerza sexual.
EL DESARROLLO DE LA FUERZA SEXUAL
Muchos hombres dedican años de su vida a fortalecer sus bíceps, trapecios u otros músculos para parecer fuertes, pero hay un músculo oculto que les será más útil en la cama que cualquier otro. Este «músculo sexual» es el músculo pubococcígeo o músculo PC. Es un grupo de músculos que se extiende desde el hueso púbico («pubo») en la parte anterior del cuerpo hasta la rabadilla o coxis («coccígeo») en la espalda (véase en la siguiente ilustración).
Ilustración 2:

Estos músculos son esenciales para tu salud sexual. Los primeros centí- metros de tu pene están enraizados en el músculo PC, y su fortalecimiento lleva a tener unas erecciones más robustas, orgasmos más intensos y un mejor control eyaculatorio. Esta última característica es la que hace que el desarrollo del músculo PC sea fundamental para hacerse multiorgásmico. En resumen, usarás el músculo PC para echar el freno literalmente cuando sientas que te estás acercando a la eyaculación.
El lugar donde es más fácil sentir el músculo PC es el perineo, inmediatamente detrás de los testículos y delante del ano. En realidad ya estás muy familiarizado con tu músculo PC, aunque es muy posible que no lo conozcas por ese nombre. El músculo PC es el que usas para evitar orinarte cuando no puedes ir al servicio o para expulsar las últimas gotas de orina.
Y lo que es más importante para los orgasmos múltiples: el músculo PC también es el que produce las contracciones rítmicas de tu pelvis y ano durante el orgasmo. Los taoístas descubrieron que en las contracciones pélvicas participaba la próstata masculina. Aprendiendo a contraer tu músculo PC alrededor de la próstata puedes aprender a detener la eyaculación y profundizar tus contracciones orgásmicas. Cuando contraes la próstata, sientes un temblor o escalofrío recorrer tu cuerpo. En la sección siguiente vas a aprender un ejercicio simple que te permitirá detener el flujo de orina y fortalecer tu músculo PC.
DETENER LA CORRIENTE
El modo más simple de encontrar y fortalecer tu músculo PC es apretar los músculos de la pelvis la próxima vez que vayas al baño. Puedes practicar de pie o sentado. Si tienes un músculo PC relativamente fuerte, serás capaz de detener y recomenzar el flujo de orina durante la micción. Si esta práctica te resulta difícil es porque tu músculo PC está débil.
Al principio, si detienes la micción a medio camino, puede que sientas punzadas. Es algo completamente normal que debería desaparecer transcurridas unas semanas. Si las punzadas continúan es posible que tengas una infección, en cuyo caso deberías visitar al médico y curártela antes de continuar con ésta u otras prácticas del libro. Como en el caso de cualquier otro músculo que empieces a ejercitar y fortalecer, es posible que el músculo PC se resienta un poco al principio. Al igual que en cualquier otro tipo de ejercicio, debes comenzar la práctica poco a poco.
Ejercicio 1: DETENER LA CORRIENTE
1. INSPIRA: mientras te preparas para orinar, inspira profundamente.
2. ESPIRA Y EMPUJA: espira lentamente y expulsa la orina con fuerza. (Apretar los dientes ayuda a intensificar esta práctica).
3. INSPIRA Y CONTRAE TU MÚSCULO PC: inspira y contrae tu músculo PC para detener el flujo urinario.
4. ESPIRA Y VUELVE A EMPUJAR: espira y comienza de nuevo a orinar.
5. REPITE HASTA ACABAR: repite los pasos 3 y 4 (orinar durante la espiración y detener la corriente en la fase de inspiración) de tres a seis veces o hasta que hayas acabado de orinar.
Para empezar, expulsa la orina como si tuvieras prisa y trataras de acabar cuanto antes. Para intensificar la práctica puedes ponerte de punta sobre los dedos de los pies y apretar los dientes, pero lo más importante de la práctica es comenzar y detener la micción todas las veces que puedas.
En El hombre multiorgásmico enseñamos a los hombres otros ejercicios que también pueden ser de ayuda para fortalecer el músculo PC. En cualquier caso, todos los ejercicios en los que interviene el músculo PC se basan en algo tan simple como contraer y expandir este músculo. A diferencia de otro tipo de ejercicios, como el levantamiento de peso, puedes practicar este ejercicio mientras conduces o ves la televisión, e incluso mientras asistes a una reunión de trabajo.
Vacía la vejiga
Si tienes la vejiga llena, siempre debes orinar antes de darte placer en solitario o de hace el amor. Tener la vejiga llena hará que sientas ganas de eyacular y puede dificultar la retención de la eyaculación.
DESARROLLA TU SENSIBILIDAD SEXUAL
La fuerza sexual sólo constituye la mitad de la práctica; la sensibilidad sexual es igual de importante o más. Cuando hablamos de sensibilidad no nos referimos a tu sensibilidad a la excitación sexual de tu compañera, que comentaremos en un capítulo posterior, sino a tu propia sensibilidad. Convertirse en multiorgásmico, como convertirse en un amante hábil, requiere que descubras y aprendas a dominar tu propia excitación.
A diferencia de las viejas técnicas que proponían retrasar la eyaculación aprendiendo a insensibilizarse o a distraerse con trivialidades, para hacerte multiorgásmico tienes que aumentar tu sensibilidad sexual y concentrarte más directamente en tu excitación sexual.
EXCITACIÓN SEXUAL Y ENERGÍA SEXUAL
A pesar de que la excitación sexual forma parte significativa de nuestras vidas y es una circunstancia que se repite frecuentemente, la mayoría entendemos muy poco de este fenómeno. Al proceso de excitación le hemos denominado «estar calientes o cachondos», u otras lindezas parecidas, y nos produce una risa tonta como si se tratara de un proceso ilícito o juvenil. De hecho, la excitación es el proceso de expansión de nuestra energía sexual, y es esencial para nuestra vida y salud. Según el Tao, todos necesitamos sentirnos excitados —sentir la vivificante energía sexual— cada día, porque cuando nos excitamos, nuestros cuerpos producen más hormonas sexuales.
Para el taoísmo, y recientemente también para la endocrinología, una rama de la medicina occidental, las hormonas sexuales son importantes para nuestra salud general, e incluso algunos las consideran la fuente misma de la juventud. (Comentaremos esta cuestión detenidamente en el Capítulo 5, «Sanación sexual».) La razón por la que el sexo vende y se usa para comercializar tantos productos es que nos sentimos atraídos hacia las imágenes que estimulan nuestra energía y nos hacen segregar hormonas sexuales. Para los hombres multiorgásmicos es muy liberador darse cuenta de que pueden acceder a esta energía rejuvenecedora cada día y a lo largo de todo el día.
Cuando aprendemos a hacer circular nuestra energía sexual, como explicamos en el Capítulo 3, ya no tenemos que esperar al siguiente encuentro sexual para acceder a ella.
Además, descubriremos que podemos controlar mucho más nuestra excitación y nuestra energía sexual. Desde la adolescencia, e incluso antes, la mayoría de los hombres sienten que no controlan su deseo sexual y su excitación, que son sus penes los que les llevan de aquí para allá. Cuando los hombres aprenden a ser multiorgásmicos y controlan su energía sexual, son capaces de cultivar y transformar esta energía, lo que les da una nueva sensación de libertad, porque la sienten sólo cuando y donde quieren.
En el Capítulo 3 aprenderás a hacer circular esta energía por tu cuerpo, pero antes tienes que aprender a tomar conciencia de las sutilezas de su expansión (es decir, de tu ritmo de excitación) para aprender a controlarla. Cuando seas capaz de controlar tu ritmo de excitación, podrás tener múltiples orgasmos fácilmente, sin traspasar la cresta de la ola que te lleva a la eyaculación. En la sección anterior has aprendido a echar el freno empleando el músculo PC. Ahora tienes que aprender a medir la velocidad de tu motor para saber cuándo echar el freno.
LOS ESTADIOS DE LA EXCITACIÓN
La mayoría de los hombres piensan que o bien están excitados o no lo están, o tienen una erección o no la tienen, pero en realidad la excitación y la erección pasan por varias etapas o estadios que es preciso conocer. Así como queremos conocer las marchas de nuestro automóvil, nos será muy útil familiarizarnos con las «marchas» de nuestra excitación. La respiración y el pulso cardíaco son indicadores importantes de la excitación —ambos se aceleran cuando te excitas—, pero el signo más evidente es el que te da el medidor sexual que llevas entre las piernas: la erección.
Los taoístas identificaron cuatro estadios diferentes en la erección, que denominaron los cuatro logros:
1. Alargamiento
2. Hinchamiento
3. Endurecimiento
4. Calor
En el primer estadio, el pene comienza a alargarse, pero aún no ha empezado a elevarse. En el segundo estadio, empieza a ensancharse y elevarse, pero aún no está duro. (En este estadio, el pene aún no está lo suficientemente duro como para penetrar a tu compañera, a menos que emplees la técnica de entrada suave que explicamos en el Capítulo 8.) En el tercer estadio, el pene se pone erecto y duro, pero aún no está caliente. En el cuarto y último estadio, el pene está duro y caliente. En esta etapa, los testículos se acercan al cuerpo y se preparan para eyacular. Relajar la respiración y elevar la energía sexual, alejándola del pene (véase Capítulo 3), te ayudará a mantenerte en el estadio tres y en el principio del cuatro, sin cruzar el límite eyaculatorio al final del cuarto estadio.
CONTROLA TU RITMO DE EXCITACIÓN
El primer paso para controlar tu ritmo de excitación y hacerte multiorgásmico es aprender a controlar la respiración. La respiración es el fundamento de todas las artes marciales y de las prácticas meditativas, y el Kung Fu sexual no es una excepción. La respiración está conectada directamente con el ritmo cardíaco. Si respiras rápidamente, como después de hacer ejercicio o hiperventilar, tu ritmo cardíaco aumenta. Como comentamos con anterioridad, el ritmo cardíaco acelerado forma parte del orgasmo, y la respiración rápida indica que éste se está aproximando. Aprendiendo a ralentizar y profundizar la respiración, aprenderás a controlar el ritmo de tu excitación y a deleitarte en los orgasmos sin precipitarte hacia la eyaculación.
RESPIRACIÓN PROFUNDA
La respiración profunda, o respiración «ventral», es esencial para nuestra salud general así como para el control sexual. Nuestro cuerpo emplea la respiración para intercambiar el oxígeno dador de vida y expulsar dióxido de carbono, un residuo corporal. Sin embargo, a causa del estrés, la mayoría de nosotros respiramos superficialmente, inspirando muy poco oxígeno y espirando muy poco dióxido de carbono. La respiración profunda, o respiración «con el vientre», es la que empleabas de niño, antes de que las tensiones comenzaran a recortarla. Los taoístas sabían que si uno quiere mantenerse joven debe imitar a los niños, y la respiración no es una excepción. En el ejercicio siguiente reaprenderás a respirar profundamente y, en este caso, el beneficio será sentir más placer además de mejorar la salud.
Cuando estás cerca de la eyaculación, la capacidad de respirar profundamente y de ralentizar el ritmo cardíaco es esencial. Incluso después de haber aprendido a ser multiorgásmico, no te olvides de respirar profundamente. La respiración profunda permitirá que circule la energía sexual por todo tu cuerpo, lo que expandirá tus orgasmos y reducirá cualquier presión que experimentes al retrasar o evitar la eyaculación.
Inspira por la nariz
Cuando practiques cualquiera de los ejercicios propuestos en este libro, inspira siempre por la nariz, porque así el aire se filtra y se calienta. Cuando se inspira por la boca, el aire no se filtra ni se calienta, y en este caso resulta más difícil de asimilar para nuestro cuerpo.
Ejercicio 2: RESPIRACIÓN VENTRAL PARA LOS HOMBRES
1. SENTARSE: siéntate en una postura cómoda y relaja los hombros.
2. MANOS EN EL ABDOMEN: sitúa las manos sobre el abdomen, justo debajo del ombligo.
3. INSPIRA PROFUNDAMENTE: inspira profundamente a través de la na riz dejando que sobresalga el vientre.
4. ESPIRA COMPLETAMENTE: manteniendo el pecho relajado, espira con fuerza para que el vientre vuelva hacia la columna vertebral. Debe rías sentir que el pene y los testículos se elevan ligeramente.
5. CONTINÚA CON LA RESPIRACIÓN ABDOMINAL: inspira y espira nueve, dieciocho o treinta y seis veces.
Los ejercicios 1 y 2 son simples pero esenciales. Aunque desearás seguir leyendo y probar otros ejercicios, cuanto más practiques estos dos, más fáciles serán los ejercicios multiorgásmicos avanzados.
Aprende a controlar la eyaculación
Es posible aprender a hacerse multiorgásmico durante el coito con una compañera, pero resulta mucho más fácil desarrollar esta nueva capacidad trabajando en solitario. Como en el caso de cualquier otra habilidad, para hacerse multiorgásmico hace falta practicar, y te resultará mucho más fácil centrarte en tu excitación si no tienes que preocuparte por la de tu compañera. Además, es mucho más fácil desarrollar el músculo PC y detenerse a tiempo si no tienes que preocuparte por interrumpir el climax de tu compañera. Finalmente, a medida que aprendas a ser multiorgásmico, bastará con detenerte un momento, respirar profundamente y contraer tu músculo PC para evitar la eyaculación. Aunque este libro está escrito para las parejas, será positivo para ambos dedicar algún tiempo a la práctica en solitario.
CULTIVO DEL SEXO EN SOLITARIO
Los estudios realizados muestran que casi todos los hombres se masturban, incluso los casados y los hombres mayores. Además, casi todos los hombres se sienten culpables cuando lo hacen. Si piensas que la masturbación no te produce ningún sentimiento de culpa, pregúntate si estarías dispuesto a decir a tu compañera cuando acaba de llegar a casa: «Cariño, estoy en el baño (o en la habitación) masturbándome. Enseguida salgo». La mayoría no tendríamos problema alguno para informar a nuestra compañera de que estamos «en el baño», con lo que ella supondría que estamos aliviando nuestra vejiga o intestinos, pero no permita Dios que aliviemos otro impulso corporal igualmente básico.
El sentimiento de vergüenza respecto a la masturbación está muy extendido, especialmente en la sociedad occidental, donde ha recibido el nombre de autoabuso.
Los taoístas no sentían ninguna culpa respecto a la masturbación. Como hemos mencionado, para ellos el sexo está relacionado con la medicina, no con la moralidad. De hecho, los taoístas llamaban a la masturbación cultivo en solitario o ejercicio genital, y la consideraban imprescindible para aprender a controlar la eyaculación y hacer circular la energía de vida.
La masturbación o cultivo en solitario puede ser un satisfactorio complemento del sexo en compañía y, si aprendes a tener orgasmos sin eyacular, también resultará energizante. Como describiremos en el último capítulo, puede ser igualmente de ayuda si tu compañera no está en el estado de ánimo apropiado o si suele estarlo menos veces que tú. Tenemos dos sugerencias importantes para el aprendizaje del cultivo en solitario:
1. Haz el amor contigo mismo: Como explicaremos en el Capítulo 6, la energía sexual expande las emociones que estás sintiendo. Si sientes amor mientras te excitas, tu energía sexual en expansión aumentará ese amor. Si estas enfadado o te sientes solo, la energía sexual en expansión también aumentará el enfado o la soledad. Por lo tanto, entra en el cultivo solitario con un sentimiento de amor y alegría por la oportunidad de darte ese placer vivificante, y tu energía sexual expandirá el amor y la alegría. Además, el cultivo de la energía sexual mientras sientes amor y bondad facilitará mucho el control de la eyaculación. Resulta mucho más difícil controlar la eyaculación si estás impaciente o enfadado.
2. Tómate el tiempo que necesites. Cuanto más prolongues el cultivo en solitario y retrases la eyaculación, más rápidamente aprenderás a ser multiorgásmico. Hartman y Fithian, pioneros de la investigación sexual que examinaron a muchos hombres multiorgásmicos, concluyeron que si el hombre puede aprender a masturbarse durante quince o veinte minutos, puede hacer el amor durante todo el tiempo que quiera con su compañera. Aprender a tener paciencia contigo mismo te permitirá tener paciencia cuando estés con otra persona.
Cuando aprendas a separar el orgasmo de la eyaculación, en este capítulo, y a hacer circular la energía sexual por todo tu cuerpo, en el siguiente, podrás experimentar oleadas de placer orgásmico y sentir que esa energía recorre tu cuerpo. Como lo describió un hombre multiorgásmico: «Es algo a medio camino entre la masturbación y la meditación».
Recuerda que la duración del cultivo en solitario debe depender de tu estado de ánimo y del momento. Como siempre que hablamos de hacer el amor, no se puede prescribir un tiempo determinado. Lo importante es la calidad.
ENFRIAMIENTO
Ahora que has aprendido a controlar el músculo PC y la respiración, ya tienes los dos pasos esenciales para hacerte multiorgásmico. Pero también hay otras técnicas que te ayudarán a enfriarte un poco cuando sientas que estás a punto de hervir.
Detente antes de llegar al punto sin retorno. Siempre es mejor deternerse demasiado pronto que demasiado tarde. Al empezar, la mayoría de los hombres tendrán que detenerse entre diez y veinte segundos antes del punto sin retorno.
Presiónate el pene o el perineo. Presionar la punta o la base del pene con el pulgar y dos dedos (véase la ilustración 3) puede reducir el impulso eyaculatorio. También te permitirá enfocar la atención, lo que te ayudará a concentrar la energía expansiva. Evidentemente, aplicar esta presión mientras estás haciendo el amor resultará extraño, por lo que es más conveniente poner la mano por detrás y presionarse en el perineo. Esta presión te ayudará a enfocar la atención e interrumpir el reflejo eyaculatorio. La presión en cualquier punto del perineo puede ayudar, pero lo más eficaz es aplicarla en el famoso punto del millón de dólares. Este punto se llamaba así porque costaba un millón de dólares (o, en aquellos tiempos, el punto del millón de monedas de oro) que un maestro taoísta te enseñara dónde estaba. El punto del millón de dólares se encuentra justo delante del ano, pero antes de la raíz del pene, que se extiende por detrás de los testículos (Ilustración 1).
Ilustración 3:

Respira. Cuando sientas que estás llegando al punto sin retorno, tendrás que respirar profundamente, tal como practicaste en el ejercicio 2. Obviamente, cuando estés cerca de la eyaculación, la inspiración se acelerará mucho. Contener la respiración durante unos segundos hasta que ceda el impulso de eyacular, también será una gran ayuda. La respiración profunda permite contener la energía sexual expansiva. Por otra parte, las respiraciones rápidas y superficiales también pueden ayudar a dispersar la energía sexual. Analiza cuál de estas alternativas funciona mejor en tu caso.
Contrae el músculo PC. El músculo PC rodea la próstata, que es por donde debe pasar el semen en la fase de expulsión del orgasmo. Apretar la próstata durante la fase contráctil del orgasmo (cuando se producen las contracciones involuntarias), te permite detenerte y evitar pasar de la contracción (orgasmo) a la expulsión (eyaculación).
Ejercicio 3 CONVERTIRSE EN UN HOMBRE MULTIORGÁSMICO
1. LUBRICA: comienza lubricándote el pene. (La lubricación, como pue de que ya sepas, potenciará las sensaciones y permitirá que se prolongue el cultivo en solitario. Generalmente, el aceite es mejor que la loción, que se seca con más rapidez.)
2. AUTOPLACER: date placer como prefieras.
3. PRESTA ATENCIÓN A TU EXCITACIÓN: presta mucha atención a tu grado de excitación. Intenta tomar conciencia de los niveles de excitación progresivos: percibe el cosquilleo en la raíz del pene, los estadios de la erección, los cambios que se producen en la respiración y el aumento del ritmo cardíaco.
4. RESPIRA Y CONTRAE TU MÚSCULO PC: a medida que sientas que te acercas al punto sin retorno, detente, respira profundamente y contrae ligeramente el músculo PC alrededor de la próstata. Puedes presionarte en el pene o en el perineo, pero la respiración y el músculo PC son lo más importante, como también lo es saber detenerse a tiempo.
5. SIENTE CONTRACCIONES ORGÁSMICAS EN LA PELVIS: continúa dándote placer y acercándote cada vez más al punto sin retorno. Si equiparamos la ausencia total de excitación con el cero y la eyaculación con el diez, el orgasmo se produce en el 9,8; por lo tanto, debes ir despacio. Activa y detenla excitación, alcanzando progresivamente pun tos de mayor tensión (9,0, 9,1, y así sucesivamente) y déjate caer hacia atrás en la fase contráctil del orgasmo sin precipitarte hacia la eyaculación. Percibe la contracción involuntaria de la próstata (y ano), que se produce durante la fase contráctil del orgasmo. Recuerda que, al principio, estos orgasmos de la próstata pueden parecerte mínimos. Al final no podrás distinguirlos de los orgasmos eyaculatorios, pero tienes que aprender a andar antes de poder correr.
6. DISFRUTA: después de pasar por varias cumbres sin eyacular, detente. Te sentirás en paz y/o energizado. Puede, incluso, que sientas que tu energía sexual comienza a elevarse por el cuerpo, y percibas un cos quilleo o una ligera presión en el torso o la cabeza. Esto es algo completamente natural y supone el principio de la transformación de tus orgasmos genitales en orgasmos de todo el cuerpo.
Es posible que tengas que probar varias veces antes de poder sentir la fase contráctil del orgasmo sin traspasar el límite de la eyaculación, pero no te preocupes, con un poco de práctica y de paciencia pronto podrás tener múltiples orgasmos, que serán tan intensos y placenteros como cualquier orgasmo eyaculatorio.
Presión pélvica
La presión que se siente en la zona pélvica es el resultado natural del aumento de flujo sanguíneo y de energía sexual en tus genitales. Si la presión te resulta incómoda, puedes eyacular, o puedes respirar profundamente (como se describe en el ejercicio 2) masajeándote ligeramente el perineo y los testículos. Estas prácticas ayudan al cuerpo a asimilar esta poderosa energía curativa. En el capítulo siguiente aprenderás a hacer circular esa energía, extrayéndola de los genitales y extendiéndola por el resto del cuerpo.
La próstata
Cuando un hombre se excita, su próstata se alarga ligeramente de manera natural. La contracción del músculo PC alrededor de la próstata durante y después del autoplacer o de hacer el amor te ayudará a controlar la eyaculación y, además, reducirá cualquier presión que pueda sufrir tu próstata. Las contracciones del músculo PC extraerán la energía de la pelvis, extendiéndola por el resto del cuerpo (véase Capítulo 3). Esto reducirá aún más la presión sobre la próstata y los testículos. Según los maestros taoístas, también puedes masajearte el perineo, los testículos y la rabadilla para ayudarte a aliviar la presión y dispersar la energía sexual acumulada. Si sientes una quemazón cuando orinas o un dolor prolongado en la pelvis, puede que tengas una infección en el tracto urinario. Debes acudir al médico y curar la infección antes de continuar con estas prácticas. Mientras dure la infección, tendrás que eyacular con más regularidad.
CUÁNDO DETENERSE
La mayoría de los hombres dejan de masturbarse o de hacer el amor cuando eyaculan. Cuando te hagas multiorgásmico, este punto final tan evidente dejará de existir. Por lo tanto, tendrás que decidir cuándo te sientes satisfecho y cuándo lo está tu compañera. Algunos días querrás una experiencia sexual rápida y otros querrás hacer el amor con mucha calma. Tus necesidades variarán con el estado de ánimo del momento.
Cuando empieces a ser multiorgásmico haciendo el amor, es importante que te des y que des a tu compañera tiempo para acoplaros. No querrás convertir el sexo en una obligación ni en una prueba de resistencia para ti o para ella. Por lo tanto, habla con tu compañera y deja que el deseo de ambos determine la duración del encuentro. Cuanto más cultive ella su músculo PC y su deseo sexual, más compatibles seréis.
Tu músculo PC es como cualquier otro —se fortalece con el uso—, pero, al igual que sucede con todos los ejercicios, no debes excederte ni forzar. Por otra parte, si te cultivas en solitario o en pareja durante más de veinte minutos, lo que puede ocurrir con frecuencia cuando te hagas multiorgásmico, es importante que pierdas la erección cada veinte minutos para que la sangre contenida en el pene vuelva a circular por tu cuerpo.
CUÁNDO EYACULAR
El placer no era el único motivo que llevaba a los taoístas a hacerse multiorgásmicos. También creían que los orgasmos múltiples son sanos y curativos para el cuerpo. Cuantos más orgasmos tiene un hombre sin eyacular, más energía sexual puede hacer circular por su cuerpo. Y mientras que para los taoístas los orgasmos son energizantes, las eyaculaciones son agotadoras. Aunque no hay nada malo en eyacular de vez en cuando,, los taoístas sentían que a medida que un hombre se hace mayor, la eyaculación excesiva puede dejarle físicamente agotado. Los taoístas consideraban que los problemas con la erección eran, a menudo, una señal de agotamiento físico.
Si eres muy joven, puede que no hayas experimentado el agotamiento que sigue a la eyaculación, pero, después de eyacular, la mayoría de los hombres se sienten cansados y tienen ganas de dormir. (Comentaremos detalladamente los puntos de vista médicos y taoístas sobre este tema en el Capítulo 5, «Sanación sexual».)
Según los taoístas, cada vez que tienes un orgasmo (sin eyacular), generas más energía en tu cuerpo. Por lo tanto, si al final acabas eyaculando, la pérdida de energía no será tan notable. Esta es la razón por la que la eyaculación después de múltiples orgasmos te deja menos agotado que la vieja eyaculación rápida. Si tienes media docena de orgasmos y después eyaculas, perderás aproximadamente la mitad de la energía que en una eyaculación rápida.
Los taoístas recomiendan que cada hombre eyacule de acuerdo a sus propias circunstancias, que dependen de su edad, de su salud y de su coyuntura vital. Si tiendes a caer enfermo o trabajas duro, querrás conservar más energía. Como el resto del mundo natural, en invierno también querrás conservar más energía. Sin embargo, si estás de vacaciones, tal vez desees eyacular más. Evidentemente, si estás intentando tener un hijo, tendrás que eyacular cuando tu compañera esté ovulando. En general, Sun Ssu-miao, uno de los grandes médicos de la antigua China, recomendaba eyacular dos veces al mes para conservar la salud y alcanzar la longevidad.
Sun Ssu-miao también ofreció directrices más específicas para decidir con qué frecuencia eyacular:
§ Un hombre de veinte años puede eyacular una vez cada cuatro días.
§ Un hombre de treinta años puede eyacular una vez cada ocho días.
§ Un hombre de cuarenta años puede eyacular una vez cada diez días.
§ Un hombre de cincuenta años puede eyacular una vez cada veinte días.
§ Un hombre de sesenta años no debe eyacular.
Por supuesto, un hombre de cualquier edad puede disfrutar del sexo y de los orgasmos múltiples no eyaculatorios. Los taoístas no veían razón para que hombres y mujeres no siguieran practicando el sexo hasta el día de su muerte. Si te preocupa la reducción del número de eyaculaciones o su prohibición después de los sesenta años, has de saber que cuando hayas experimentado los orgasmos no eyaculatorios, el orgasmo típico palidece en comparación y no se echa de menos.
En cualquier caso, lo importante es no pasarlo mal con la eyaculación. Cuando sientas que has ido más allá del punto sin retorno y vas a eyacular, disfrútalo. Muchos de los hombres que quieren practicar el amor sanador se muestran intransigentes consigo mismos cuando tienen problemas para controlar sus eyaculaciones. Céntrate en estar con tu pareja y en intercambiar amor sanador, no en el hecho de eyacular o no.
Aunque eyacules, puedes aprender a hacer circular tu energía sexual por el cuerpo (tal como aprenderemos en el próximo capítulo). Esto reducirá mucho la sensación de agotamiento que sigue a la eyaculación. Además, después de eyacular, también puedes contraer el músculo PC y apretar tus músculos pélvicos para reducir la cantidad de energía perdida.
En definitiva, lo más importante es que hagas el amor contigo mismo y con tu compañera. Cultivar la compasión por ti mismo y por tu compañera es mucho más importante que la cantidad de energía que puedas conservar.
De los orgasmos genitales a los orgasmos en todo el cuerpo
Las técnicas físicas descritas en este capítulo, especialmente la respiración y la contracción del músculo PC, te permitirán separar el orgasmo de la eyaculación y hacerte multiorgásmico. Sin embargo, el verdadero secreto que te permitirá mantener el control de la eyaculación a largo plazo —y los orgasmos múltiples— es aprender a hacer circular tu energía sexual, extrayéndola de los genitales y extendiéndola por el resto del cuerpo. Si la energía sexual continúa acumulándose en tus genitales, acabará produciendo la eyaculación, a menos que dejes de hacer el amor o aprendas a dirigirla hacia otras partes del cuerpo. La eyaculación sólo puede ocurrir si hay suficiente sangre y energía en los genitales para activarla.
Tal como explicaremos en el Capítulo 3, llevando la energía hacia arriba y alejándola de los genitales podrás controlarla el tiempo que desees. Conservando y haciendo circular la energía, la intensidad del orgasmo se multiplica, prolongando el placer corporal y mejorando la salud.
La combinación de fuerza sexual (músculo PC), sensibilidad sexual (conciencia del ritmo de excitación), y capacidad de hacer circular la energía sexual por el cuerpo ayuda enormemente al hombre a hacerse multiorgásmico. Las mujeres no tienen que preocuparse del gasto energético, ya que, cuando tienen un orgasmo (e incluso cuando eyaculan), pierden muy poca energía. Aún así, la elevación de su energía sexual les permite expandir el orgasmo, aumentar su nivel energético y mejorar su salud general. Esto es especialmente importante en el caso de las mujeres a las que les cuesta sentir deseo.
Tanto tu compañera como tú podréis expandir vuestros orgasmos genitales a todo el cuerpo a medida que aprendáis a hacer circular por él la energía y el placer. Ésta es la base que permite transformar esa maravillosa sacudida orgásmica en una experiencia extática, curativa, íntima y, para algunos, incluso espiritual. El resto de las artes de alcoba te están esperando.