No saben cuanto había esperado ese momento. Dos semanas sin verlo por cuarentena y en vez de vernos cariñosamente nos vemos de formas mas lujuriosas que de costumbre. Cumplíamos meses de novios y lo que menos me esperaba era esa llamada y su mensaje de ábreme estoy en la puerta, ya saben, la mentada cuarentena que nadie respeta. Mis hermanita menor en nuestro cuarto con sus clases de Zoom mientras yo me alistaba para ir al trabajo en unas horas. Me fui sobre la puerta y abrí de inmediato, aun en pijamas pero entusiasmada de mil formas. Unas flores y un regalo en mano contigo me esperaban. Me importo una nada poder infectarme, los besos no se hicieron esperar. Y después de media hora de hablar dentro y ponernos al tanto de lo poco que no nos habíamos contado por llamadas, ya estábamos nuevamente en un transe de besos y toques en el sillón de la casa. No lo podía meter a mi cuarto mi roomie todavía estaba ahí. Te metí a mi banno y ahí mismo de prenda en prenda quedamos semi desnudos, yo de espaldas sobre un frio suelo, no me importo, solo la lujuria importaba. Tu lengua sobre mi sexo es la mejor cosa del universo, y tu miembro luego entro dejándome en las estrellas. Mientras lo hacíamos un pensamiento fugaz fue el de llegar tarde al trabajo, ya no importo, nada que tu dentro mio no me haga olvidar. Gemi como loca no lo puedo negar, peor hacia tanto que no te sentia dentro que era de esperarse, se habran dado cuenta mis roomies es lo mas seguro. Pero la princesa lo disfruto como nunca.

