
Viviamos en la misma casa, solos nuestros padres, ella y yo.
Un dia se levantó al baño por la noche y no se puso chancletas. Se fue descalza y como nuestros papas no sintieron sus pasos, no se dieron cuenta que elle estaba viendo todo lo que hacian.
Al dia siguiente me contó todo lo que habia visto y que mientras los veia, se sintió algo extraña. Aparentemente me lo dijo para que yo la consolara y aconsejara pero en el fondo yo sabia que me lo decia sencillamente para que yo supiera que ella queria hacer lo mismo. Sin embargo, no le segui la conversacion y simplemente le dije que olvidara todo eso.
Pero no fue asi porque cuando llegó la noche, mientras dormiamos se levantó y se paso para mi cama a decirme en el oido en secreto que se sentia otra vez rara, extraña, como con picazon, que si le podia sobar la espalda. Entonces comprendi lo que queria y le segui el juego.
Le dije, esta bien, ven y acuestate a mi lado. Meti mis manos bajo su camison y empecé a sobarle la espalda notando que cuando le tocaba en la parte baja de la espalda junto a las nalgas, dejaba escapar un timido gemido.
Yo sabia con claridad sus intenciones, pero traté todo lo posible de que ella misma evitara lo inevitable para mi porque lentamente fui bajando y cada vez masajeba su espalda mas cerca de las nalgas hasta que no pude contenerme mas y la abrace trayendola hacia mi. Ella no dijo nada, solo permitio que yo pasara mia manos por debajo de su camison desde su espalda hasta sus senos que apenas empezaban a asomarse.
Todo en silencio porque nuestro cuarto estaba al lado de nuestros padres, pero de todas maneras tuve la precaucion de pararme, ir a la puerta y ponerle seguro. Una vez hecho esto, lo demas fue pan comido.